miércoles, diciembre 22, 2004

Educación (IV): la visión econòmica

Antón Costas explica en El País la sangrante paradoja que se da en España, en la que con una baja productividad (estancada, vaya) y un pésimo nivel educativo (véase Informe Pisa), tengamos un alto crecimiento de la economía. Un resumen:

"¿Cómo se concilia el hecho de ser de los menos productivos pero de los que más crecen? La explicación es sencilla: el crecimiento español se apoya casi exclusivamente en el aumento de la población empleada en el sector de la construcción y en los servicios relacionados con el turismo."

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La enfermedad española
ANTÓN COSTAS
EL PAÍS - 21-12-2004

Ya lo sabíamos, pero estos días la publicación del informe PISA 2003 ha venido a recordárnoslos: los estudiantes españoles de 15 años, y por extensión los de enseñanza secundaria y bachillerato, puntúan mal en el ranking de conocimientos de los 41 países más desarrollados del mundo que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). En algunas habilidades, como matemáticas y comprensión lectora, los resultados son especialmente sangrantes. Utilizando un lenguaje escolar coloquial, podríamos decir que nuestros estudiantes están entre los tontos o rezagados de la clase. Y parece que, en vez de mejorar, en algunas cosas empeoramos.

¿Deberíamos alarmarnos o tomarlo con calma? Siempre es posible pensar que la comparación no está bien hecha. Y en todo caso, siempre nos podemos consolar, como ha hecho un alto cargo del Ministerio de Educación, pensando que estamos en el lugar que nos corresponde por nivel cultural y riqueza. Pero éste es también un consuelo de tontos.

El debate sobre las causas y los remedios ha comenzado, y en las páginas de este diario encontrarán los interesados abundante material sobre ambas cuestiones. En este terreno, mi temor es que la solución que se les ocurra a nuestras autoridades sea hacer reformas. Hay que recordar que en España hacemos una reforma educativa cada cinco años, es decir, una con cada Gobierno. Y la cosa no ha mejorado. Estabilidad normativa, pequeños ajustes, mejor gestión del sistema educativo y algo más de recursos parecen ser más importantes que la funesta manía de hacer grandes reformas y vuelta a empezar.

Por mi parte, estos resultados me han hecho plantear la pregunta de cuáles son los efectos económicos de ese menor nivel educativo de nuestros estudiantes. En principio, cabría esperar que tuviesen efectos negativos sobre el funcionamiento de nuestra economía. Sin embargo, aunque somos de los últimos de la clase, somos uno de los países europeos que más crecen. Sigamos creciendo que ya progresaremos en educación, podrían pensar algunos.

Pero hay que ir con cuidado con estas conclusiones. Nuestro crecimiento es engañoso. Tiene pies de barro, o por mejor decir, de ladrillo. Se apoya en gran parte en la construcción de viviendas y en los servicios turísticos y residenciales. El problema es que, a largo plazo, el crecimiento sostenido de una economía y el bienestar de la población se apoyan exclusivamente en las mejoras de productividad. Y la construcción y el turismo no son actividades generadoras de mejoras de productividad. Éste es el talón de Aquiles de nuestro crecimiento.

De hecho, el rasgo más significativo de la economía española en la última década no es que haya crecido por encima de la media europea, sino que la productividad de la mano de obra haya permanecido estancada y la capacitación profesional de la población empleada haya empeorado en relación con las economías más dinámicas. A los interesados en esta cuestión les recomiendo que lean los estudios publicados por la Caixa de Catalunya y dirigidos por el profesor Josep Olivé.

¿Cómo se concilia el hecho de ser de los menos productivos pero de los que más crecen? La explicación es sencilla: el crecimiento español se apoya casi exclusivamente en el aumento de la población empleada en el sector de la construcción y en los servicios relacionados con el turismo. Pero es un empleo de poca capacitación profesional y de peor productividad. La industria y la agricultura han tenido poco que ver.

Es más, asistimos con complacencia suicida a la desaparición de nuestro parque industrial y agrícola. La única solución a los problemas de competitividad de nuestra industria y agricultura parecen ser las jubilaciones anticipadas de empleados y las indemnizaciones de oro a los altos directivos. En vez de invertir en innovación de productos y nuevos procedimientos productivos, y en mejorar la capacitación de los empleados y la formación educacional de las nuevas generaciones, las empresas y el Estado gastan sus recursos en poner a la gente en la calle, o mandarla jubilada para casa a partir de los 47 años. Pan para hoy, hambre para mañana.

Este comportamiento suicida tiene su paralelo en nuestras ciudades. La ambición de todo alcalde es que desaparezcan de su entorno las industrias y las zonas agrícolas, y que en su lugar aparezcan edificios de viviendas y oficinas. Más que vivir de la industria y de trabajar la tierra, queremos vivir de las rentas de la tierra y de alquilar las viviendas a los jubilados del norte de Europa.

Esta mentalidad de rentista no es nueva en nuestra historia. De hecho, constituye el sustrato de lo que podríamos llamar la enfermedad española. Vivir de las rentas que la casualidad histórica o la naturaleza nos han dado. En el pasado vivimos del oro americano, con la esperanza de que nunca se acabaría. Después, a principios del siglo XX, el lema fue lluvia, sol y guerra en Sebastopol, porque con esos tres ingredientes podíamos vender a precios de oro nuestros productos agrarios a los contendientes de las guerras europeas, con la esperanza de que siempre habría guerras en Europa. Ahora la esperanza es que el sol y la construcción de viviendas y campos de golf para jubilados europeos nos permitan seguir viviendo de rentas.

Esa mentalidad de rentista se manifiesta ahora también en las jubilaciones anticipadas. Vivir con el mismo sueldo pero sin trabajar. Parece que todos los implicados están de acuerdo: empresas, prejubilados, Estado y sindicatos. Pero esto es una nueva manifestación de esa vieja enfermedad española.

No sé si las comparaciones del informe PISA son discutibles y si en realidad vamos tan mal como parece. Pero, en cualquier caso, es conveniente medir, porque nos ayuda a interrogarnos sobre el camino que estamos siguiendo y si es sostenible o no. Por lo tanto, no matemos al mensajero.



por Oriol Lloret Albert

martes, diciembre 21, 2004

Mi felicitación particular (III)

If you want to understand cities today and especially in the future, keep mobile communications in mind. Ten years from now, understanding the way people use mobile media will be as fundamental to urban planning as understanding the buildings they inhabit and vehicles they use.

Companies hold meetings because they cannot actually masturbate.

Dave Barry

"Courage is the art of being the only one who knows you're scared to

death."

Harold Wilson

Un fracàs és un home que ha ficat la pota però no es pot aprofitar de
l'experiència.
Elbert Hubbard

"The globe has been circumnavigated, but no man ever yet has; you may survey a kingdom and note the results in maps, but all the savants in the world could not produce a reliable map of the poorest human personality."

Alexander Smith

Behind every single thing you desire or think or say or do, behind the

feelings, there is a reason that is you. The more fully you live it, the richer life will be.

Ralph Marston

"The whole problem with the world is that fools and fanatics are

always so certain of themselves, and wiser people so full of doubts."

Bertrand Russell


por Oriol Lloret Albert

Mi felicitación particular (II)

"To accomplish great things, we must not only act, but also dream; not only plan, but also believe."

-- Anatole France

"A scientist will never show any kindness for a theory which he

did not start himself."

Mark Twain, in 'A Tramp Abroad'

"Nature is an unlimited broadcasting station, through which God [o el que sigui] speaks to us every hour, if we only will tune in."

George Washington Carver

"I count him braver who overcomes his desires than him who

conquers his enemies; for the hardest victory is the victory over

self." -- Aristotle

The speed of the boss is the speed of the team.

Lee Iacocca

"There are no whole truths: all truths are half-truths. It is

trying to treat them as whole truths that plays the devil."

Alfred North Whitehead

"Reading, after a certain age, diverts the mind too much from its

creative pursuits. Any man who reads too much and uses his own brain too little falls into lazy habits of thinking.

Albert Einstein

The liberal view is that realities must be understood rather than imposed.

Liberals Against Terrorism Wiki

"In Europe, phones are probably the only effort that can really compete with iTunes,"

Gilles Babinet

'Keep away from people who try to belittle your ambitions. Small people always do that, but the really great make you feel that you, too, can become great.'

Mark Twain

“Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”, decía Tagore

Una Europa pacifista dejó el camino expedito a Hitler: ¡los pacifistas fueron responsables de la Segunda Guerra Mundial!

Tzvetan Todorov

Dejemos de querer el paraíso en la Tierra y conformémonos con evitar el infierno: es menos ambicioso... pero más sensato.

Tzvetan Todorov

Lo que digo es que quienes creen encarnar el bien suelen sentir la tentación de imponérselo a otros –¡por su bien!–, incluso usando la fuerza: ¡qué peligrosa es esta tentación!

Tzvetan Todorov

The healthy, the strong individual, is the one who asks for help when he needs it. Whether he has an abscess on his knee or in his soul.

Dona Barrett

"el político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación"

La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad.

Nicolás Maquiavelo

La gran meta de la educación no es el conocimiento, sino la acción.

Herbert Spencer

No me digas que el problema es difícil. Si no lo fuera, no sería un problema.

Ferdinand Foch

If your cool new thing doesn't generate enough money to cover costs and make a profit, it isn't innovation. It's art.

Fast Company

Success is how high you bounce when you hit bottom.

George S. Patton

"Imagine if every Thursday your shoes exploded if you tied them the

usual way. This happens to us all the time with computers, and nobody

thinks of complaining."

Jef Raskin


The feeling of being hurried is not usually the result of living a

full life and having no time. It is, rather, born of a vague fear

that we are wasting our life..

Eric Hoffer



por Oriol Lloret Albert

Mi felicitación particular (I)

Aquí os adjunto la recopilación de aforismos y frases que he ido recopilando durante el año. Aquí os las regalo:

'The world is full of people whose notion of a satisfactory future is, in fact, a return to the idealised past.'"

Robert Davies

"What you accomplish is more important than how you appear."

-Martin Bourque , Manager, SAS Institute Inc.

"Hackear" es hacer lúdicamente algo difícil.

RICHARD STALLMAN

"The political technology of the Industrial age is no longer appropriate technology for the new civilization taking form around us. Our politics are obsolete."

Alvin Toffler

"Ninguna gran acción es hecha por dubitativos que piden la certeza”

George Eliot

Hay 10 tipos de personas que piensan en binario: las que si y las que no

Anónimo (frase en la firma de un email)

(...)las innovaciones emergen en un proceso iterativo donde los componente clave son la comunicación, el aprendizaje y la interacción social. Y no hay tu tía. Fumio Kodama insiste en que la visión tradicional de la innovación en forma de conducto esta siendo reemplazada por una de articulación de la demanda, donde los conceptos de los productos se crean para mercados virtuales aun inexistentes.

Confirma esta tendencia la multiplicación de focus groups, el estudio de usuarios líderes, el uso de la exploración activa y la experimentación y la creación de redes para mejorar el diseño de productos que acompaña crecientemente su despliegue.

Tuomi

Creo que la “identidad” no puede seguir viéndose en clave de “lo que

fuimos”, o sea, no puede verse, exclusivamente, desde la lírica o la

épica. Pienso que hay que pasar a repensar las “identidades” nacionales

en clave de “lo que queremos ser”.

Alfons Cornella

"A thing long expected takes the form of the unexpected when at

last it comes."

Mark Twain

Knowledge is a process of piling up facts; wisdom lies in their

simplification.

Martin H. Fischer

No hay viento favorable para el que no sabe donde va.

Séneca



por Oriol Lloret Albert

domingo, diciembre 19, 2004

Educación (III): Finlandia

LA ESCUELA EN FINLANDIA
REPORTAJE

Finlandia da la nota
Buenos profesores, familias comprometidas y una sólida inversión logran la educación más eficaz del mundo en el país nórdico

CARMEN MORÁN (ENVIADA ESPECIAL) - Helsinki
EL PAÍS - Sociedad - 19-12-2004

A las ocho de la mañana Marku Keijonen entra en la escuela. Tiene 42 años y es el director del colegio Porolahden Perus, de Helsinki. La primera actividad del día es encender el ordenador. "No es algo baladí, al abrir mi correo encuentro las cartas de los padres de alumnos que tengo que contestar". Las familias están en contacto permanente con el centro y es a los padres a quien debe rendir cuentas de su trabajo el colegio en primer lugar.

Finlandia. A este país de noches blancas y tinieblas eternas, según la estación que toque (ahora anochece a las cuatro de la tarde), las estadísticas le sonríen. El Forum Económico Mundial dice que tiene la economía más competitiva del mundo; es el país de la Europa de los Quince con una mayor difusión de periódicos por habitante (430 por cada 1.000); notable tasa de fecundidad, 1,7 hijos por mujer (la media de la UE es 1,4). Pero quizá son los resultados escolares de sus alumnos los que más alegrías les han dado en los últimos tiempos. El informe PISA 2003, que mide el rendimiento educativo de los países de la OCDE, se publicó hace un par de semanas y de nuevo coloca a Finlandia como el país ejemplar: son los primeros en matemáticas, en comprensión de la escritura y en cultura científica (con Japón).

Los profesores no saben muy bien el porqué de estos datos. Se invierte un 5,8% del PIB en educación, pero otros también lo hacen; su clima endiablado deja a los niños en casa al abrigo de los libros, pero en Islandia o en Dinamarca calor no hace; en sus aulas tienen los niveles de inmigración más bajos de la OCDE. Pero todas estas cosas no explican por sí solas el éxito repetido. Los profesores, y la misma ministra de Educación, Tuula Haatainen, lo atribuyen en gran medida a la sólida formación de los docentes y a un marco educativo muy claro. "Tenemos un sistema uniforme, obligatorio y gratuito que garantiza la equidad y el acceso para todos; el personal docente está altamente cualificado y las madres, incorporadas al sistema laboral, son las primeras en motivar a sus hijos para que estudien", resume la ministra.

El sistema educativo finlandés es público y gratuito desde que un niño nace hasta que hace el doctorado en la universidad. Pero además es obligatorio de los siete a los 16 años. En esta etapa todos estudian lo mismo y el Gobierno pretende además que lo hagan en el mismo edificio, o lo más cerca posible, para garantizar un seguimiento continuado del alumno. En ello están.

El Estado marca un 75% de enseñanzas comunes y el resto lo organiza el colegio con la participación activa de estudiantes y familias. La libertad para diseñar el día a día escolar es amplia, por tanto, no es fácil hablar del sistema de forma general. Pero hay algunos aspectos comunes. La formación de los profesores es uno de ellos. Todos tienen que pasar cinco años de carrera, un tercio de la cual será de contenido pedagógico. "No basta con saber matemáticas", dicen. Y la mayoría, como recuerda la ministra, tiene un año más de estudios, un máster.

Los profesores creen que su salario podría ser algo más elevado que los aproximadamente 2.300 euros brutos al mes; sin embargo, están contentos con las 13 semanas largas de vacaciones al año (los españoles tienen algo más de 16). La jornada semanal es de 37 horas aunque no todas sean de enseñanza en clase. Si se les pregunta, no dudan: son maestros por vocación y están motivados. Quizá porque gozan de valoración social y prestigio entre sus compatriotas "Por lo general contamos con la confianza de los padres, aunque eso va decayendo", presagia Tuula Tapaninen, la orientadora del colegio Porolahden Perus.

Al otro lado de Helsinki, la rectora del colegio Alppila, Aulikki Kalalahti, señala otro dato que explica la motivación de los maestros: "Tienen libertad para trabajar con los alumnos y ven que consiguen éxitos con ellos".

Codo con codo
Los profesores trabajan codo con codo con las familias, con las que mantienen una relación fluida. En enero el colegio Alppila organiza sus jornadas de presentación, a las que acuden los padres para conocer su método de trabajo. Si les gusta podrán optar libremente por matricular allí a sus hijos. Los padres pueden elegir el centro pero suelen quedarse en el más cercano. El Alppila mantiene con el centro de primaria que le corresponde por cercanía una estrecha sintonía que favorece el seguimiento de los alumnos hasta el final de la etapa obligatoria.

El 50% de los niños que se matriculan de los 13 a los 16 años en el colegio vienen de su centro adscrito, pero la otra mitad procede de cualquier rincón de Helsinki. El colegio se ha ganado una buena fama en comunicación y expresión. Es un ejemplo de un fenómeno reciente en la educación de la ciudad, la especialización de algunos centros en música, matemáticas, deportes... Cuando un alumno destaca en alguna de estas disciplinas los padres tratan de matricularlos en ellos, aunque algunos centros imponen un test para evaluar las habilidades del aspirante. Si hay plazas, estarán dentro.

La oferta y la demanda se distribuyen por ahora razonablemente entre todos los colegios de Helsinki, aunque el ayuntamiento ha eliminado (salvo excepciones) las becas de transporte para los niños que se trasladan por voluntad propia a centros alejados de sus casas.

Cuando las familias se acerquen a conocer el Alppila, la rectora les explicará que han recibido algún premio por cumplir fielmente con su programa: los profesores se propusieron trabajar en equipo, bien coordinados, y lo lograron con creces. La Administración les extendió un cheque de 28.000 euros. Se fueron de vacaciones a Hungría y se dieron una buena cena de Navidad. Eso fue el año pasado.

Cuando las cosas pintan peor, los profesionales del centro se prodigan en apoyos académicos y sociales para los alumnos. El número de estudiantes por clase ronda la veintena, pero si hay problemas académicos los sacan en grupos de 10 y les ponen al día. ¿Y si hay que repetir curso? "Será en los primeros años de primaria, cuanto antes", dice la rectora.

Ese es el principal reto que señalan los docentes: poder sacar a todos los alumnos adelante, vengan de donde vengan. Por eso, en cuanto atisban un problema ponen en marcha sus muchos mecanismos de prevención.

Si la cosa se complica, la Administración (local o nacional) se rasca de nuevo el bolsillo. El colegio está enclavado en un barrio con problemas sociales y ya de partida recibe más presupuesto que otros. "El año pasado tuvimos un problema y el municipio de Helsinki nos concedió 18.000 euros que se recibieron pronto". Con ese presupuesto la rectora contrató un profesor por horas que ayudó a los rezagados a hacer los deberes, entre otras cosas.

En Finlandia los centros tienen buenas instalaciones y equipamientos, pero también se percibe cierta austeridad. Una simple cartulina con papelitos pegados sirve a la rectora del Alppila para dejar constancia escrita de los propósitos educativos del curso. Y los cumplen.

Los alumnos también responden. Hacen sus deberes, que no son pocos, y no se quejan. Pero no son adolescentes de comportamiento angelical. Son como todos, y entre ellos empieza a cundir el desánimo, como señala el rector del centro Porolahden Perus. El alcohol es una de las grandes preocupaciones de este país, se bebe mucho y como con embudo. Y el desempleo alcanza ya el 9%. Por ahora, cerca de un 60% de los alumnos sigue al bachillerato camino de la universidad y el resto se matricula en formación profesional. Es difícil encontrar a alguien que acabe sin su título.

Los finlandeses tienen un sistema educativo libre que rueda con fluidez, buenos maestros, familias que participan y dinero para afrontar las dificultades. Y una voluntad férrea para cumplir con el deber. El 85% de los finlandeses son luteranos (poco practicantes). ¿Puede el espíritu de Lutero ("Siempre pecador, siempre justo y siempre penitente") inculcar esa suerte de responsabilidad personal en el carácter de maestros y alumnos? "Es posible", dice con seriedad el director del instituto Porolahden Perus. "Es la responsabilidad de que hay que cumplir. Pero eso tiene su lado malo: los profesores a veces se exigen tanto, que llegan a enfermar".


por Oriol Lloret Albert

Educación (II): La educación en el tercer mundo: ¿la visión de un neoliberal?

Yo no entiendo a Xavier Sala Martín. ¿Cómo un estandarte del neoliberalismo y un abanderado del anti-keynesianismo (mirar su imprescindible web) puede escribir este artículo? O yo no entiendo lo que dice o hay alguna cosa que me pierdo... Porque lo que propone este hombre en este artículo es keynesianismo puro, ¿o no?

Mirad esta frase que introduce la justificación de ayudar económicamente en la ong Umbele:

"(...) en 1997, el presidente (y economista) Ernesto Zedillo observó
que los estados más pobres de ese país sufrían un problema similar al
que he descrito para África e introdujo un inteligente programa
llamado Progresa, a través del cual se pagaba dinero a las familias
pobres a cambio de que los niños fueran al colegio. Al no perder el
salario de los menores, pensó Zedillo, los incentivos a escolarizar
aumentaban."

Ah, y que conste, que yo estoy totalmente de acuerdo con esta vertiente del amigo Xavier!!

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Un salario para estudiar
CÓMO CAMBIARÁ LA vida de una sola de esas niñas si, en vez de ir a la
fábrica, al campo o al prostíbulo, le damos la posibilidad de ir a la
escuela

XAVIER SALA I MARTÍN - 17/12/2004 La Vanguardia

Dentro de poco empezará el curso escolar en el hemisferio sur.
Lamentablemente, millones de niños de Tanzania, Mozambique, Angola,
Lesotho, Malaui, Madagascar o Suazilandia no sentirán aquella
sensación especial que sentíamos nosotros en la víspera del primer día
de clase, ansiosos por estrenar carpesano, plumier y bata y por saber
quién sería nuestro nuevo profesor. Y es que unos 75 millones de niños
africanos no van a ir al colegio este año porque sus familias no se lo
pueden permitir. El tema es grave, porque un país no se puede
desarrollar sin una ciudadanía educada. Es más, las niñas sin
escolarización tienen más hijos y éstos gozan de peor salud y mueren
antes de los cinco años con mayor probabilidad. La educación, pues,
tiene importantes beneficios económicos, sociales y de salud pública.

El principal problema es que ir al colegio en África es muy caro. Por
un lado, en muchos países se tiene que pagar matrícula. En Tanzania,
por ejemplo, ésta es de unos 10.000 chelines tanzanos (unos 10 dólares
por curso). Por otro lado, hay que comprar uniformes (17$), libros
(5$) y transporte (3$). El coste total por niño es, pues, sólo de unos
35 dólares anuales, una cantidad no muy elevada para nosotros, pero
toda una fortuna para los ciudadanos de Tanzania, cuya renta per
capita es de ¡240 dólares!

Esto, aun siendo una barrera importante, no es la más grande. Lo peor
es que las familias más pobres -sobre todo las que viven en las zonas
rurales- no pueden sobrevivir sin el salario del trabajo infantil. El
coste de oportunidad de ir al colegio -es decir, el dinero que el niño
deja de ingresar si va a la escuela en lugar de a trabajar- es más
prohibitivo que los 35 dólares de gastos directos.

¿Cómo se arregla esta situación? Encontramos una posible pista en
México: en 1997, el presidente (y economista) Ernesto Zedillo observó
que los estados más pobres de ese país sufrían un problema similar al
que he descrito para África e introdujo un inteligente programa
llamado Progresa, a través del cual se pagaba dinero a las familias
pobres a cambio de que los niños fueran al colegio. Al no perder el
salario de los menores, pensó Zedillo, los incentivos a escolarizar
aumentaban.

Han pasado siete años y el programa -rebautizado por Vicente Fox con
el nombre de Oportunidades- llega ya a 5 millones de familias
mexicanas. Progresa/Oportunidades ha sido catalogado por los expertos
como un éxito espectacular. No sólo ha sido alabado por instituciones
internacionales -la Unicef hace especial mención en su Estado de la
infancia en el mundo 2005-, sino que ha sido copiado, entre otros, por
los gobiernos de Bangladesh, Pakistán, Chile, Colombia, Brasil,
Nicaragua y Honduras.

Implementar algo similar en África tiene un problema: se necesita un
dinero que los gobiernos de ese continente no tienen. Por este motivo,
la Fundación Umbele (www.umbele.org) acaba de lanzar un programa que
intenta hacer algo parecido a través de la iniciativa privada.

Como ya expliqué en estas páginas el 17 de septiembre pasado, Umbele
recauda dinero entre ciudadanos de países ricos (es decir...
¡ustedes!) y lo envía a África sin perder ni un euro por el camino.
Para conseguirlo, Umbele se sirve de una red de personas que ya están
trabajando en África: nuestros misioneros. Pues bien, el nuevo
programa aprovecha esa infraestructura y paga a las familias africanas
un salario para que los niños acudan a la escuela. Los misioneros
deben garantizar que los niños efectivamente van al colegio antes de
cobrar, cosa que ellos pueden comprobar con facilidad, ya que
normalmente trabajan en escuelas (por cierto, dado que Umbele no es
una fundación religiosa, se comprometen a no utilizar el dinero con
finalidades evangelizadoras).

Con este programa, no sólo se suplementan los ingresos de las familias
más pobres, sino que, al mismo tiempo, se proporcionan los incentivos
para que los menores no abandonen la escuela para ir a trabajar. En la
medida de lo posible, el programa intenta beneficiar a mujeres y
niñas. Primero, porque las niñas son las primeras que abandonan la
escuela para buscar trabajo. Segundo porque, como ya he dicho, la
educación femenina tiene beneficios sociales adicionales en el campo
de la salud. Y tercero, porque dando una fuente adicional de ingreso a
las mujeres, se fortalece su posición en la familia y dentro de la
comunidad.

El trabajo infantil es un fenómeno que produce -y debe producir-
rechazo en los países ricos. Pero el simple boicot a las
multinacionales tiende a generar resultados contraproducentes. A todos
los que odian ver a menores trabajando Umbele les proporciona un
mecanismo para contribuir a solventar el problema: ¡envíen dinero para
que, en lugar de trabajar, los niños puedan sobrevivir yendo a la
escuela!

Sí. Ya lo sé. Para hacer que sigan estudiando los 75 millones de niños
y niñas que este febrero no van a regresar al colegio, se va a
necesitar mucho más de lo que ustedes, yo, la Fundación Umbele o todas
las ONG del mundo podemos contribuir. Pero eso no es una excusa para
no hacer nada. Piensen en cómo cambiará la vida de una sola (¡una
sola!) de esas niñas si, en vez de ir a la fábrica, al campo, al
prostíbulo o a buscar comida en los vertederos de basura, le damos la
posibilidad ir a la escuela. Y mientras lo piensan, recuerden que,
para ella, quizá esta sea la última oportunidad para salir del pozo,
la oportunidad que brinda... un salario para estudiar.

X. SALA I MARTÍN, de la Fundació Umbele, la Columbia University y la
UPF www.columbia.edu/%7exs23

por Oriol Lloret Albert

Educación (I): "Escolarizar y educar no es lo mismo"

En el artículo de Manuel Castells del sábado en La Vanguardia sobre la (mala) educación:

Factores diferenciales:

"Por un lado, la atención continuada de los padres en la educación de sus hijos. Por otro lado, el compromiso pedagógico profundo de los enseñantes".

"A cambio[de la dedicación de los padres y maestros a los hijos], pueden aprender tecnologías de información de sus estudiantes ya que, según las encuestas, éste es el único terreno en el que los niños van bien sin que necesiten otra cosa que una vigilancia discreta de su navegación."

Ejemplos a seguir (y a no seguir...):

"Pero hay algo más, propio de Finlandia: el esfuerzo de dedicación especial a alumnos con problemas, sin segregarlos de los demás, de modo que el abandono escolar es mínimo. Para esto sí se requieren fondos porque es caro personalizar la educación (aunque más caro es, en Estados Unidos, invertir en policía y en cárceles para los que fracasan)."

La clave:

"Poniendo a los alumnospersonas en el centro de la relación entre escuela, familia y sociedad. En ello nos va el futuro, como país y como personas. "

¡Cuanta razón tienes Manuel!

Aquí os adjunto el artículo entero. Muy recomendable:

Mala educación

ES ESENCIAL en la obtención de buenos resultados que los padres trabajen con sus hijos en lugar de enchufarles la tele para que no molesten
MANUEL CASTELLS - 18/12/2004


Los resultados del informe Pisa sobre la calidad de la educación en los países de la OCDE han vuelto a situar a España y a Catalunya por debajo de la media y en el grupo de países europeos con peores resultados educativos. Pocos días después una encuesta a 3.232 alumnos de ESO solicitada por la Conselleria d´Educació de Catalunya abunda en el mismo sentido. Lo más preocupante no es sólo que la mayoría de los estudiantes de secundaria tiene problemas en temas clave como matemáticas, lectura o escritura, sino que el abandono escolar se sitúa por encima de un 30% en Catalunya y a un nivel aún más alto en el conjunto de España. Tal y como han señalado los informes de investigación del Projecte Internet Catalunya, frente al discurso voluntarista sobre el desarrollo de la sociedad de la información se yergue en el país el obstáculo de una sociedad desinformada. La esperanza era que el atraso cultural y educativo con respecto a la mayoría de los países de nuestro entorno fuera una rémora del franquismo, que se iría superando conforme las nuevas generaciones se beneficiaran de tasas de escolarización comparables a las de los países más avanzados. Pero resulta que escolarizar y educar no es lo mismo. Y ahí estan los datos preocupantes de un sistema escolar que no rinde a los niveles correspondientes a nuestro desarrollo socioeconómico general.

Por cierto que por mal que andemos, en la clasificación del informe Pisa, España aún se coloca por encima de Estados Unidos, lo cual muestra que entre el nivel económico y el nivel educativo se sitúan otra serie de factores de los que depende qué y cómo aprenden nuestros hijos. Y es ahí donde el informe Pisa, y otros estudios, peca de insuficiencia analítica. Se constata, pero apenas se explica. Y al encerrar el problema en una caja negra se desatan toda clase de interpretaciones al gusto de cada uno, acabando con la recomendación habitual de invertir más en educación aunque sin saber en qué. Es evidente que con más presupuesto se puede hacer más. Pero también es probable que más de lo mismo produzca rendimientos marginales decrecientes sin alterar la esencia del problema. Por tanto, permítanme un cambio de tercio en la observación para encontrar algunas claves.

Hay un estudio reciente de uno de los mejores expertos en educación, el profesor Martín Carnoy, de Stanford, que compara los resultados educativos en distintos países de América Latina. Comprueba, una vez más, que la división público/privado no explica la calidad una vez que se controla el efecto del nivel de educación de los padres, lo cual quiere decir que, en realidad, se paga más cara la educación privada sin mejorar el resultado, exceptuando las escuelas de elite. Pero, además, el estudio entra en el análisis de los factores que explican la diferencia de resultados escolares.Ylo hace a partir de un dato ya constatado en otras investigaciones: la superioridad en términos de resultados escolares medibles del sistema educativo cubano con respecto a los demás países americanos, incluido Estados Unidos. Dejando de lado interpretaciones ideológicas de uno y otro signo, Carnoy identifica dos factores clave. Por un lado, la atención continuada de los padres en la educación de sus hijos. Por otro lado, el compromiso pedagógico profundo de los enseñantes. Este último factor se explica porque en Cuba los sueldos no varían mucho entre las distintas ocupaciones, por lo cual, los bajos sueldos de los enseñantes no actúan, como en otros países, en particular Estados Unidos, como factor de rechazo para las personas más capacitadas. Y en cambio, hay un elemento vocacional que tiene la recompensa del trato con los niños. En España, y en el resto del mundo, también se da este elemento vocacional, pero tiene que ser rayano en el sacrificio para compensar la diferencia de sueldo que personas capacitadas podrían obtener en otras ocupaciones. O sea, cuanta menos competitividad en la sociedad, más margen para dedicarse a enseñar a gusto y eso se nota. Pero el otro factor es aún más importante: la implicación de los padres y madres en la familia. Y aquí, el sistema cubano es más eficaz porque exige a los padres y madres que lo hagan. Hay una fuerte presión social en ese sentido, organizada desde la propia escuela.Cuidado: ni Martín Carnoy ni yo abogamos por un sistema autoritario que dicte a la familia lo que hay que hacer. Pero es relevante constatar el mecanismo esencial en la obtención de buenos resultados escolares: que los padres trabajen con sus hijos en lugar de enchufarles la tele para que no molesten. Una comparación curiosa es que Carnoy documenta que el mismo fenómeno, con iguales excelentes resultados, se produce en Estados Unidos en las escuelas de las bases militares: a aquellos padres que no se ocupan de sus hijos con problemas les hacen retirarlos de la escuela de la base y que los lleven a la escuela municipal. De nuevo, el argumento no es la disciplina militar como solución del problema, sino la capacidad o incapacidad de una sociedad de ocuparse de la educación de sus menores, por el mecanismo que sea.

Ampliemos ahora el marco de la comparación volviendo al informe Pisa. No hay análisis explicativo, pero sí indica qué países despuntan claramente en los resultados escolares. Por un lado, son los asiáticos, Japón y Corea en primer lugar. Por otro lado, en Europa, Finlandia aparece con mejores resultados que el resto. Los buenos resultados de los países desarrollados de Asia del Este es una constante en los estudios internacionales de educación. Yse suele relacionar con la importancia que las culturas de origen confuciano dan a la educación. Pero no en abstracto, sino a través de la preocupación cotidiana de las familias. Invertir tiempo y dinero en la educación de los hijos es fundamental en esa cultura. Dicha actitud se perpetúa en la emigración, por ejemplo en California. Así, los asiáticos representan un 5% de la población de California, pero en la mejor universidad pública, Berkeley, en donde se accede estrictamente por selección de nota, más del 40% de los estudiantes son ahora asiático-americanos. La otra observación relevante es la de Finlandia, país sobre el que he investigado y en el que la calidad de la educación a todos los niveles es el factor esencial de que se haya situado como primera sociedad de la información del mundo. En este caso, sin coerción ninguna, las escuelas finlandesas ponen el acento en la colaboración entre enseñantes y padres en la educación de los estudiantes, sobre todo de los estudiantes que se retrasan. Pero hay algo más, propio de Finlandia: el esfuerzo de dedicación especial a alumnos con problemas, sin segregarlos de los demás, de modo que el abandono escolar es mínimo. Para esto sí se requieren fondos porque es caro personalizar la educación (aunque más caro es, en Estados Unidos, invertir en policía y en cárceles para los que fracasan).

¿Cómo aterrizar esta discusión en el aquí y ahora? Me guardaré de admoniciones que no vayan acompañadas de análisis razonados y medidas específicas. Lo que sí es probable es que la mayoría de las familias están superadas por los acontecimientos y no pueden o no quieren invertir esfuerzo y tiempo, transmitir valores, ejercer una disciplina inteligente con niños y jóvenes que, cada vez más, campan por sus respetos. En esas condiciones, aunque sea injusto pedir a la escuela que trate los problemas que son de la familia, parece inevitable que los enseñantes aparte de enseñar matemáticas transmitan valores de vida, pero en la práctica, sin monsergas. A cambio, pueden aprender tecnologías de información de sus estudiantes ya que, según las encuestas, éste es el único terreno en el que los niños van bien sin que necesiten otra cosa que una vigilancia discreta de su navegación. También podría reflexionarse sobre las experiencias de algunas escuelas públicas de Barcelona de tutorar a los niños más jóvenes con los más avanzados o de grupos de padres y alumnos que ponen en común sus experiencias de forma regular. Mucho de lo que hay que hacer está ya inventado, sobre todo en la Catalunya de Rosa Sensat. La cuestión fundamental es reconocer el problema educativo y situarlo en su contexto social, sin obviar la necesidad de recursos, pero poniendo a los alumnospersonas en el centro de la relación entre escuela, familia y sociedad. En ello nos va el futuro, como país y como personas.

por Oriol Lloret Albert

miércoles, diciembre 15, 2004

Google: la primera empresa de la era de la información

Hoy, conversando con una amiga acerca de la enésima jugada de Google (el acuerdo para la digitalización e indexación de la principales bibliotecas anglosajonas), se me ha encendido la lucecita. Estamos ante la consolidación de dos modelos de empresas: el modelo de cómo reinventar la empresa tradicional y sus modelos de negocio en la era de la información, y el modelo de la la empresa de la era de la información pura.

Es decir, Amazon y Google. Se podría decir que el primer modelo (Amazon) es un modelo de transición entre la era industrial y la era de la información: reinvención del merchandising, la experiencia de compra, el pago, el marketing (en todas sus variantes: viral, directo, personalizado,...), la gestión de las emociones (creo que Amazon es la empresa del mundo que mejor explota el "comprador compulsivo" que todos llevamos dentro), el product placement, el club de compradores (tecnología de redes sociales recién implementadas).

Pero el segundo modelo (Google) ya no es de transición. Ya no tiene nada que ver con la era industrial. Es un nuevo modelo de negocio basado en lo que es el capial de la era de la información: la información (obvio...). O mejor dicho, la gestión de la información y el conocimiento. Porque lo que define un modelo económico capitalista es la escasez de su recurso básico: el recurso básico de la era de la información es el conocimiento, su escasez es lo que define, por lo tanto, el nuevo paradigma económico. Y Google se encamina a tener el monopolio sobre el mismo. Porque una de las grandes claves (hasta ahora no solventada) en el àmbito de la "Gestión del Conocimiento" es la gestión del conocimiento implícito (aquel que está en las cabezas de las personas, el verdadero capital en la era de la información de cualquier organización y sociedad). Pero es que Google se está convirtiéndose en el paradigma de la gestión del conocimiento explícito (buscador, buscador de escritorio, buscadores especializados, indexador de bibliotecas,...) pero también se está convirtiendo en el paradigma de la gestión del conocimiento implícito (Gmail, Orkut, Google groups,...). Y a escala global...

Ya se sabe amigos, la información es poder. Y el conocimiento es la "capitalización" de la información. Y es que, la verdad, Google empieza a dar un poco de miedo...

por Oriol Lloret Albert

domingo, diciembre 12, 2004

El modelo organizativo de los "neocon" (o cómo minar la democracia mientras dices que la proteges)

Os adjunto un artículo aparecido hoy en el Washington Post (gràcies Esteve!) donde se hace una disección de la articulación de los "neocon" que dominan la política de los EEUU desde la subida al poder de George Bush. Pero no es un análisis ideológico sino organizativo: de cómo este colectivo se mueve y se organiza de manera que hace permeable la frontera entre la esfera pública de la administración a la que "sirven" y la gestión de las empresas a las que también "sirven". En definitiva, una prueba más que son malos tiempos para la democracia...

La perla del artículo:
"There is no conflict of interest, because they define the interest."

Cuando acabeis de leer el artículo preguntaros a qué os recuerda este modelo organizativo y de manera de operar... a mi me recuerda mucho a algunos grandes defensores de la democracia que tenemos en España como Acebes, Botella, ...

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Flex Power

An Influential Band Of Policy Brothers

By Janine R. Wedel

Sunday,
December 12, 2004; Page B04

Personnel changes are coming thick and fast as President Bush forms the team for his second term. But in one area, little transformation is in the offing: The now-legendary group of neoconservatives who helped take America to war in Iraq will continue to hold sway over foreign policy. One of their number, Stephen J. Hadley, has already been elevated to the post of national security adviser.

The continuing influence of this longstanding core of a dozen or so individuals -- the most visible have been Deputy Defense Secretary Paul Wolfowitz, former Defense Policy Board chairman Richard Perle and Undersecretary of Defense Douglas Feith -- will hearten those who share their views, while vexing those who disagree with them. But to a social anthropologist like me, one thing is clear: Their influence highlights the evolution of a new kind of grouping -- a social-networking phenomenon I call "flex groups" -- that signals important changes taking place in American governing and policymaking.

This is not a polemic against neocon philosophy, nor an accusation of conspiracy. Like most members of social networks, the neocon core aren't necessarily conscious of their own patterns of behavior. They see themselves as friends and associates who have worked together over the years to further their careers and promote their vision of a transformed Middle East. But at the moment, they are the most prominent identifiable flex group in the United States, and understanding how such a group operates is critical to grasping the implications of new trends in government outsourcing and their potential for weakening our democracy.

Half a century ago, in his book, "The Power Elite," sociologist C. Wright Mills famously described the triangle of power in the United States created by business, the military and the political establishment, and how it limited and diminished the authority of elected officials. Today, that trend has intensified as more authority is being handed off to private organizations. This movement toward privatizing government work has created more opportunities for coordinated groups of individuals to take over public policy agendas in pursuit of their own interests.

I use the term "flex groups" to capture the members' facility for maneuvering between government and private roles plus their skill at both relaxing the government's rules of accountability and businesses' codes of competition and at conflating state and private interests. The essence of these groups is that the same collection of people interacts in multiple roles, both inside and outside government, and keeps resurfacing in different vincarnations and configurations to achieve their goals over time.

Self-sustaining teams with their own agenda, flex groups are different from the powerful "wise men" of the past, who were mainly instruments of the president and chiefly concerned with pursuing his objectives. Their activities also don't quite equate with the revolving-door syndrome, in which influential individuals serve serially in government and the private sector. Flex players do circulate among positions in government and business (and all sorts of lobbying, think-tank, media, advocacy and other nongovernmental organizations). But in doing so, they are continually working to further the shared agenda of the group. Individually or as a group, they operate on both sides of the door at the same time; in some cases, they may even dissolve the door.

I first began thinking about the concept of flex groups while doing research in social anthropology in Eastern Europe as the communist regimes there were collapsing. After 1989, when states began divesting themselves of nationalized resources, I saw how longstanding informal groups, schooled in circumventing the communist state, worked in and around the crumbling systems to acquire companies and other resources at fire-sale prices.

Group members quickly learned that wearing multiple hats helped them position themselves for wealth and influence in the emerging system. In Poland, officials often presented visitors with two or more sets of calling cards: their official government one along with cards announcing their position in an NGO or consulting firm -- sometimes even one that did business with the government office they headed.

The most skilled players bridged state and private, bureaucratic and market territory, using ambiguity to their advantage. Polish sociologists dubbed these flex players "institutional nomads," because they were loyal primarily to their fellow nomads, rather than to the institutions they worked for. And they positioned their members strategically to best gain access to privilege and resources for the group.

The flex activity in unraveling communist states was obviously much more intense than it is in stable societies such as the United States. Our laws and regulations are also intended to prevent an individual from acting simultaneously as a government official and a consultant, business executive or NGO official. Still, outsourcing and the restructuring of governance has opened up the field to flex players here.

Today, two-thirds of the people doing work for the federal government aren't on the government payroll. A diverse set of private organizations -- companies, consulting firms, NGOs, think tanks and public-private partnerships -- do more of the federal government's work, measured in terms of jobs, than civil servants do. Private contractors write budgets, manage other contractors, implement policy -- and sometimes essentially make it as well. And while contracts are on the rise (driven in part by the demand for military, nation-building and homeland-security services), the number of civil servants available to oversee them is proportionately falling. Meanwhile, private contractors are often subject to more relaxed rules governing conflicts of interest than civil servants would be.

The multilayering that results provides increased opportunities for flex groups to consolidate control of public policy portfolios and override alternative policies. Because they bring coordination to sometimes convoluted government, flex groups can be attractive to an administration. The neocon core had just such an appeal when Bush came into office: Not only did their goals for the Middle East coincide with the president's, but they also had a ready-made modus operandi for advancing them. The perseverance and togetherness that makes such a group effective can make it an asset to a president. (It can also make it a liability, since the group has its own power and interests, which may at times diverge from the president's or ultimately reflect badly on him.)Flex players gain influence by promoting one another for influential positions and coordinating their multi-pronged efforts to pursue their objectives. Consider the relationships among Perle, Wolfowitz and Feith. In 1973, as a senior staff member of the Senate Armed Services Committee, Perle helped Wolfowitz, then an assistant professor at Yale, find employment in the Arms Control and Disarmament Agency. In 1982, as an assistant secretary in President Reagan's Defense Department, Perle hired and later promoted Feith. After leaving the Pentagon in 1987, Perle became a highly paid consultant for the lobbying firm International Advisers Inc., which Feith established in 1989. By serving as a consultant only, Perle -- who had supervised U.S. military assistance to Turkey while at Defense -- was able to bypass federal regulations prohibiting anyone from representing foreign governments right after leaving government.

The mutual assistance of these three continues to this day. In 2001, Perle and Wolfowitz championed Feith for the position of undersecretary for policy at the Pentagon. In that post, Feith in turn selected Perle as chairman of the Defense Policy Board, a Pentagon advisory body with a mixed state-private character that gives its members access to classified information. (Perle resigned as chairman in March 2003 amid allegations of conflicts of interest, and from the board a year later.)

There's nothing necessarily unethical in any of this, but it illustrates how members of a flex group continually help each other.

The effectiveness of a flex group's efforts, even when some of its members are in an administration that is "in power," depends on having some people outside formal government. Flex groups have a culture of circumventing government and creating alternative authorities. The neocons, for instance, have established duplicative governmental entities that have sometimes enabled them to bypass the input of other bodies. Two units in the Pentagon that dealt with policy and intelligence after 9/11 -- the Counterterrorism Evaluation Group and the Office of Special Plans -- were created under Feith and staffed in part by people Perle helped recruit from neocon-associated organizations. Neocon members from various foreign policy agencies in the government have also formed small circles of influence that play a significant role in shaping the administration's Middle East efforts.

If they adopt multiple roles that overlap government, business and other nongovernmental organizations, flex players can increase their influence and use one role to provide deniability, if needed, for actions taken in other roles. Perle, for example, surfaces at the epicenter of a head-spinning array of business dealings, consulting and lobbying roles and ideological initiatives, consistently courting and yet skirting charges of conflict of interest and security breaches.

Flex players call to mind the old notion of conflict of interest, but they are in fact a living example of why such labels no longer suffice. As a Washington analyst sympathetic to the neoconservatives' aims told me, "There is no conflict of interest, because they define the interest."

Many people can no doubt admire the neocons' unity of purpose and dogged pursuit of their ideological and policy objectives. But the problem with flex groups is that they are ultimately unaccountable to the public. In pursuit of their vision -- or of the bottom line -- they do not burden themselves with what are fast becoming the old rules. A flex group can use the ambiguity of its members' roles to its advantage, making their activities difficult to define, let alone monitor. In this lies the potential for corruption or abuse of power. Yet our system of government today is providing increasing opportunities for such groups to arise.

Author's e-mail: jwedel@gmu.edu