miércoles, febrero 04, 2004

En unos días explicaré las peripecias profesionales y personales que estoy viviendo en estos momentos. Mientras, adjunto un artículo que escribí hace tiempo en una empresa cuyo nombre no "recuerdo" en el que hablaba de la IMPORTANCIA DE LA GESTION DE LAS EMOCIONES en las organizaciones (sobretodo el último párrafo).

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Gestión de la información vs. gestión del conocimiento


Todo el mundo habla de la gestión del conocimiento en las organizaciones y de cómo el buen uso del mismo puede hacerlas mejorar. Pero, en realidad, lo que hace mejorar el conocimiento, en un sentido generoso del término, es a las personas. Y claro, las organizaciones las integran personas. Pero las personas, y por lo tanto las organizaciones, además de conocimiento tienen y transmiten emociones. Por lo tanto, es preciso ir más allá de la estrecha concepción de "gestión del conocimiento" que se ha tenido hasta la fecha, basada esencialmente en la "gestión documental", para alcanzar la auténtica emergencia del conocimiento de una organización, basada en conceptos y visualizada en entornos gráficos avanzados e íntimamente vinculada y generada entre una maraña (que no red) de emociones.

Yogesh Malhotra, fundador de Brint.com y experto en gestión del conocimiento, ha identificado los tres mitos a destronar dentro de la concepción de lo que es la gestión del conocimiento cuando éste se aplica a la nueva economía. El primer mito es que "las tecnologías de la gestión del conocimiento pueden facilitar la información adecuada a la persona adecuada en el momento adecuado". Pero Malhotra argumenta que en la economía del conocimiento las empresas no pueden prever a largo plazo, sino que lo que deben es implantar un modelo de "anticipación a la sorpresa". El segundo mito es que "las tecnologías de gestión del conocimiento pueden almacenar la inteligencia y la experiencia humanas". Malhotra pone en cuestión este mito arguyendo que "el mismo paquete de datos puede evocar diferentes respuestas de distintas personas en diversos momentos en el tiempo o en contextos de decisión, acción e implementación distintos. El tercer y último mito es que "las tecnologías de gestión del conocimiento pueden distribuir la inteligencia humana". Malhotra niega que los receptáculos de información más o menos estructurada, que es lo que son las actuales herramientas de gestión del conocimiento, permitan renovar por sí solos el conocimiento existente y puedan crear nuevo conocimiento. Porque de hecho, Malhotra cuando habla de los tres mitos se refiere a las tecnologías existentes en el mercado hasta ahora, tecnologías de gestión de la información, de gestión documental, y no de gestión del conocimiento.

Toda economía se basa en un recurso escaso (tierra, materias primas), por eso no estamos entrando en la sociedad o la economía de la información (que precisamente escasa no es), sino en la sociedad y economía del conocimiento, que sí que es un recurso escaso. Y si de lo que se trata es de construir la sociedad y la economía del conocimiento ¿Qué hacemos utilizando tecnologías de gestión de la información y documental?

Como Saul Wurman ha dicho, "comprender la información es poder" ("understanding information is power") y para esto son necesarias nuevas herramientas que lo posibiliten. Y de hecho, ya están empezando a desarrollarse otro tipo de tecnologías de gestión del conocimiento que van más allá de la gestión documental, ya que se basan en un análisis conceptual de la información. Empresas e instituciones como Cartia Inc., Semio Corp., Inxight, el Medialab del Massachussets Institute of Technolgy, o el Xerox PARC, cuyas tecnologías serán presentadas en la I Jornada en.red.ando el próximo octubre y sobre las cuales ya se está trabajando en la fase virtual de la Jornada, ya están diseñando, y en algunos casos implementando, un nuevo concepto de entender la gestión, ahora sí, del conocimiento. Todas ellas se fundamentan en el tratamiento y visualización de la información siempre con el punto de partida del análisis conceptual de cualquier sistema de información. Por ejemplo, Inxight, un spin-off del Xerox PARC, propone una organización de la información presentada a través de lo que ellos llaman "un árbol hiperbólico", creado a partir de un software que trata los documentos después de haberlos "leído" y "comprendido". Pero hay más. Como demuestra el libro "Readings in Information Visualization", el mismo Xerox PARC está trabajando en un nuevo paradigma de gestión de la información que recupera el concepto originario de hipertexto, fusionándolo con tecnologías de visualización de la información, que tiene la vocación de relevar a la mismísima World Wide Web.

Pero es que todavía se puede dar una vuelta de tuerca más en la que no tengo noticias (y me gustaría tenerlas) de que nadie esté trabajando. Y es la gestión de las emociones en una organización. Porque las personas que integran una organización vehiculan invariablemente su capacidad creativa y la emergencia de su conocimiento a partir de emociones, y es en función de la comprensión de las mismas que una organización podrá maximizar la gestión del conocimiento. Ya hace tiempo que se habla del concepto "business of emotions" (el negocio de las emociones) por todas partes, pero siempre referido a la relación de los productos de una empresa para con sus clientes y consumidores, pero casi nunca desde el punto de vista de la generación de conocimiento dentro de una empresa, nunca desde el punto de vista de la "gestión de las emociones" que fomentan la creación y la emergencia de nuevas ideas en una organización. Como mucho se ha hablado del fomento de los "intrapreneurs", emprendedores dentro de la misma empresa. Pero cómo hacerlo, cómo identificarlos, o mejor, cómo crearlos. Pienso en un departamento de "gestión de las emociones" que sería una fusión del departamento de "gestión del conocimiento", en su sentido más avanzado y no ligado sólo a la "gestión documental" con el de "recursos humanos", también en un sentido avanzado, es decir, no un departamento de "contratos y despidos". Y es que en una semana en la que se conmemora el centenario del nacimiento de Antoine de Saint-Exupéry (29 de junio), merece sacar a colación una de las citas más famosas de su libro "El Pequeño Príncipe": "lo esencial es invisible a los ojos". Pero éste ya es otro tema.