Los mileuristas: una clase social a extinguir
por Ramon
Deprimente reportaje en El País del domingo sobre los mileuristas: aquellos jóvenes "sobradamente preparados" (másters, idiomas, estancias en el extranjero) que a duras penas consiguen sueldos mensuales superiores a los 1000 Euros.
Algunas reflexiones rápidas:
1) El título universitario (más unos cuantos más complementarios: másters, etc.) no garantiza, como así fue para los padres de los mileuristas, una mejor ubicación profesional. Las empresas premian competencias y no títulos. Y nuestro sistema educativo no acaba de dar lo primero.
2) A pesar de ello, invertir en formación no es tiempo ni dinero perdido: es el punto de partida. Sistemáticamente los universitarios consiguen mejores condiciones de trabajo. Que España sea el único país de la OCDE en que la correlación entre nivel de formación y sueldo sea baja (o negativa), además del sistema educativo, nos debería hacer pensar en algún problema de su modelo económico.
3) Los mileuristas, una vez comprendan que ya no pueden articular su vida profesional desde "el puesto de trabajo", quizá se animen a dar el paso bien hacia el ejercicio profesional autónomo, hacia la creación de empresas o hacia otros mercados de trabajo internacionales (consecuencia del modelo económico español que castiga a los universitarios, punto 2). Lo bueno de las empresas de conocimiento es que puedes ser tú propia empresa... si entras en red con otros.
4) El sistema financiero español haría bien en considerar productos de financiación para mileuristas sobradamente preparados que les facilitaran la puesta en marcha de sus propios negocios y así salirse de la miserable rueda de un proletariado de alta cualificación. Si la imaginación del sistema financiero español necesita ayuda, que se lo "sugiera" el gobierno. Si la imaginación del gobierno necesita ayuda, que aprenda a escuchar más allá de su propio círculo.
5) Los mileuristas son la demostración viviente de que los grandes planes de innovación gubernamentales son fáciles e inútiles si se adecúan a lo que dicen los libros académicos de innovación y se olvidan del motor real de la economía (y más, ahora): las personas y su conocimiento. Es fácil diseñar un Superplan de innovación lleno de "clústers", "cooperación universidad empresa", "innovación tecnológica", "consorcios" y muy díficil pensar a lo ancho y alto para atacar la potenciación de las personas, facilitando su desarrollo personal y profesional cambiando el entorno para eliminar los factores hostiles a su despliegue personal, profesional y de futuro. En el blog de Martin Varsavsky encontré una vez un post que relacionaba la disparatada dificultad que los jóvenes sufren para independizarse (concretamente, la vivienda) como una de las mayores amenazas para el futuro de España, no sólo en lo económico sino en lo democrático. "Los viejos están encerrados en sus casas y ellos -los jóvenes- no pueden conseguir la suya y están en la calle."
6) Para que un mileurista pueda dar el salto hacia la autonomía personal quizá debamos cultivar un entorno que envíe mensajes de iniciativa personal, aventura, riesgo y reconozca el mérito de quien se atreve y construye valor sobre su conocimiento. Por tanto, hemos de aprender y mostrar día a día qué demonios son las empresas de conocimiento.... muy diferentes a las "normales". Mi granito de arena, colaborar con todos los seminarios que puedo y talleres sobre economía del conocimiento (tomadlo como publicidad si queréis, !pero lo veo más como un servicio social!)
7) Cualquier otra alternativa es válida, evidentemente: asociarse, reinvindicar, crear un nuevo modelo alternativo, altermundista... o ir a las barricadas. La queja que se encierra en sí mísma... no produce más que depresión y parálisis.
Technorati tags:mileuristas
Deprimente reportaje en El País del domingo sobre los mileuristas: aquellos jóvenes "sobradamente preparados" (másters, idiomas, estancias en el extranjero) que a duras penas consiguen sueldos mensuales superiores a los 1000 Euros.
Algunas reflexiones rápidas:
1) El título universitario (más unos cuantos más complementarios: másters, etc.) no garantiza, como así fue para los padres de los mileuristas, una mejor ubicación profesional. Las empresas premian competencias y no títulos. Y nuestro sistema educativo no acaba de dar lo primero.
2) A pesar de ello, invertir en formación no es tiempo ni dinero perdido: es el punto de partida. Sistemáticamente los universitarios consiguen mejores condiciones de trabajo. Que España sea el único país de la OCDE en que la correlación entre nivel de formación y sueldo sea baja (o negativa), además del sistema educativo, nos debería hacer pensar en algún problema de su modelo económico.
3) Los mileuristas, una vez comprendan que ya no pueden articular su vida profesional desde "el puesto de trabajo", quizá se animen a dar el paso bien hacia el ejercicio profesional autónomo, hacia la creación de empresas o hacia otros mercados de trabajo internacionales (consecuencia del modelo económico español que castiga a los universitarios, punto 2). Lo bueno de las empresas de conocimiento es que puedes ser tú propia empresa... si entras en red con otros.
4) El sistema financiero español haría bien en considerar productos de financiación para mileuristas sobradamente preparados que les facilitaran la puesta en marcha de sus propios negocios y así salirse de la miserable rueda de un proletariado de alta cualificación. Si la imaginación del sistema financiero español necesita ayuda, que se lo "sugiera" el gobierno. Si la imaginación del gobierno necesita ayuda, que aprenda a escuchar más allá de su propio círculo.
5) Los mileuristas son la demostración viviente de que los grandes planes de innovación gubernamentales son fáciles e inútiles si se adecúan a lo que dicen los libros académicos de innovación y se olvidan del motor real de la economía (y más, ahora): las personas y su conocimiento. Es fácil diseñar un Superplan de innovación lleno de "clústers", "cooperación universidad empresa", "innovación tecnológica", "consorcios" y muy díficil pensar a lo ancho y alto para atacar la potenciación de las personas, facilitando su desarrollo personal y profesional cambiando el entorno para eliminar los factores hostiles a su despliegue personal, profesional y de futuro. En el blog de Martin Varsavsky encontré una vez un post que relacionaba la disparatada dificultad que los jóvenes sufren para independizarse (concretamente, la vivienda) como una de las mayores amenazas para el futuro de España, no sólo en lo económico sino en lo democrático. "Los viejos están encerrados en sus casas y ellos -los jóvenes- no pueden conseguir la suya y están en la calle."
6) Para que un mileurista pueda dar el salto hacia la autonomía personal quizá debamos cultivar un entorno que envíe mensajes de iniciativa personal, aventura, riesgo y reconozca el mérito de quien se atreve y construye valor sobre su conocimiento. Por tanto, hemos de aprender y mostrar día a día qué demonios son las empresas de conocimiento.... muy diferentes a las "normales". Mi granito de arena, colaborar con todos los seminarios que puedo y talleres sobre economía del conocimiento (tomadlo como publicidad si queréis, !pero lo veo más como un servicio social!)
7) Cualquier otra alternativa es válida, evidentemente: asociarse, reinvindicar, crear un nuevo modelo alternativo, altermundista... o ir a las barricadas. La queja que se encierra en sí mísma... no produce más que depresión y parálisis.
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