viernes, octubre 14, 2005

¿Universidad pública o privada? This is NOT the question

por Ramon

Me he encontrado en el blog de Juan Freire con una razonada revisión de un dossier sobre los muy diferentes modelos universitarios europeos, con sus pros y contras.

Me resulta simpático que el informe ("Su billete para Europa") se plantee desde el punto de vista de los intereses del estudiante y no desde apriorismos sobre la forma y el color del modelo "correcto". "Su billete parar Europa", analiza aspectos como la diversidad interna de las universidades en un país, los métodos docentes, la flexibilidad de currículos, el coste para los estudiantes, tiempo de permanencia y requisitos de acceso.

España, junto con Italia, no parecen los países más atractivos. A pesar de su clima mediterráneo, predomina un nebuloso techo de grises y uniformes currículos soportado durante largas permanencias. Por otra parte, sus métodos docentes siguen basados en la clase magistral, bajo la advocación de Zeus Tonante, patrón de los catedráticos a la antigua. En cambio, Dinamarca (métodos activos, como parte de Holanda) y Gran Bretaña (permanencia corta y buena preparación profesional), a pesar de climas rigurosos, resultarían ser los países más atractivos. El sistema de castas universitarias francés, en cambio, parece estar entrando en crisis arteriosclerótica y antimeritocrática. Alemania mostraría "nubes y claros".

Juan resume así lo que a él le gustaría, espigando lo mejor de cada país y, la verdad, lo veo con mucha simpatía, sufriendo como sufro el sistema universitario español, que no ha hecho tantas transiciones como el político:

  • permitir la diversidad entre universidades dentro de un mismo país basada en la competencia entre instituciones (en precios, oferta curricular y metodológica, requisitos de acceso, ...)
  • repercutir el coste de la enseñanza en los estudiantes, pero con sistemas de pago diferido (créditos pagables tras la graduación). Como alternativa, un sistema subvencionado, que en mi opinión sólo parece funcionar en casos muy particulares (países nórdicos), debería ser muy estricto en la exigencia de resultados a los estudiantes y en el control de los tiempos de permanencia
  • métodos docentes centrados en el trabajo activo del estudiante (especialmente sistemas tutorizados y de aprendizaje basado en problemas)
  • oferta de intinerarios curriculares cortos (3 años) que permitan a los estudiantes que así lo deseen incorporarse al mundo laboral tras un paso “breve” por la universidad. Este modelo debería complementarse con una oferta diversificada para estudiantes que deseen continuar estudios (y completar su formación intelectual y/o acceder a puestos de mayor cualificación) y “estudiantes de retorno” que se encuentren en diferentes fases de su carrera profesional (“life-long learning”)
  • posibilidad de establecer curriculos diversificados, pero que la universidad establezca sus propias recomendaciones. De esta manera una mayoría de estudiantes pueden seguir los itinerarios estándar, mientras que unos pocos, más aventureros o con demandas de formación especiales, pueden seguir intinerarios propios.
Faltaría acabar de poner presión sobre la calidad del profesorado y sus condiciones de trabajo, por cierto....