martes, octubre 18, 2005

20% más pobres por no investigar ni innovar

por Ramon

"Si desde 1970 España hubiera invertido anualmente en I+D el mismo porcentaje del PIB que la media de los países de la OCDE, hoy tendríamos un 20% más de renta per cápita".

Interesante artículo hoy en El País.

Se recogen opiniones de todos los actores del sistema de innovación español. Vale la pena leérselo. Aunque a veces parece una larga salmodia de lamentos, golpes en el pecho y desesperación.... pero sin oír muchos mea culpa.

Salen todos los males y algunas de las soluciones. Por ejemplo, que la empresa investigue de una vez. Problema: los sectores económicos con mayor contribución al PIB, son turismo, construcción y finanzas donde, se dice, el modelo de I+D no se acaba de entender ni se percibe como necesario parar competir o para seguir teniendo ganancias sin apenas innovar. Lo cual es falso, basta con seguir lo que hace el sector de la construcción finlandés pionero en la gestión del conocimiento entre empresas competidoras y aplicador activo de resultados científicos y tecnológicos. Problema number two: innovar no siempre es investigar ni investigar en su empresita uno solito, sin aprovechar lo que ya está hecho por otros o colaborando con ellos.

El artículo de El País, da espacio preferente a los planes del Gobierno con diversas frases de su máximo inspirador y responsable, Salvador Ordóñez.

Aunque estoy seguro que mejor tener "Ingenio 2010" que no tener nada, creo que las recetas de "colaboración forzada" entre empresa y universidad que se están proponiendo van a resultar menos efectivas de lo deseable. Por ejemplo, se fuerza la relación sin cambiar la organización de la universidad actual donde faltan todos los incentivos para acercarse a la empresa, para crearlas o para ir y volver del mundo empresarial durante la carrera académica. Eso sí, se dice que en Ingenio 2010 "debe haber más doctores en las empresas" (empresas que no entienden porque hay que hacer I+D" o sea que ya me diréis para qué los quieren).

Todos los entrevistados reconocen que falta cultura emprendedora, cultura de riesgo y, en consecuencia, falla la creación de empresas de base tecnológica, en cantidad suficiente para articular sectores de valor añadido que complementen o permitan poner al turismo, la construcción o la banca tradicional y "comisional" en segundo plano. Por otra parte, todo el mundo reconoce que, aún manteniendo fuera de las veleidades del juego político este tipo de medidas, tenemos 20 años por delante para que sean efectivas.

Seguro que sí, que serán veinte años. En general es el tiempo que han tardado países como Finlandia, Irlanda, o la India para empezar a levantar cabeza desde la I+D y la innovación. Por desgracia, lo que añadirá tiempo y restará efectividad al programa Ingenio 2010 es, además de que no quiere alterar a la Universidad, que está planteado de forma muy clásica en términos de innovación cerrada. Y el mundo ya no va así.